lunes, 30 de marzo de 2015

Régimen de Francisco I. Madero




Madero llegó a la presidencia (con el 98% de votos); y entre  sus planes durante su gobernación estaban:

Es importante destacar que su egoísmo (como presidente) lo lleva al fracaso, ya que prefería cubrir sus necesidades políticas (como la democracia, el sufragio efectivo y no reelección, etc.) que interesarse por solucionar los problemas sociales y económicos. Amonestando al elevar la libertad, soberanía, derechos políticos, igualdad ante la justicia y la ley, etc., era fácil adquirir popularidad y provocar a las masas.





 Restablecer y reformar el imperio de la Constitución
Ø  Promover la instrucción pública 
Ø  Mejorar las condiciones de trabajo del obrero en los diferentes aspectos (intelectual, moral y material
Ø  Favorecer el desarrollo de la riqueza pública 
Ø  Impulsar la agricultura
Ø  Procurar tener buenas relaciones con el extranjero


Asimismo adquiere mayor popularidad cuando fue encarcelado y por lo mismo, asume el papel como víctima de un régimen despótico. Sin embargo,  como era de esperarse, el dinero es el único medio que le permite lograr sus perspectivas y  estrategias, sin el propósito de satisfacer las necesidades del pueblo.


Sin embargo, Díaz  marchó y Madero quedó como gran triunfador. Pero debía de enfrentarse a lo más difícil, lo cual era superar los problemas que el régimen porfirista había creado y las nuevas dificultades que generaban con su culminación (aspectos económicos), complicaciones que ignoraba  Madero.

Para el año de 1917, México estaba pasando por una situación similar a la que había vivido en ocasiones anteriores al salir de la lucha interna: la existencia de caudillos militares dispuestos a competir por el poder, bandolerismo, crisis económica, oposición política al nuevo gobierno y división dentro del propio grupo del poder.


La paz era perturbada por los zapatistas y villistas, y no sólo ellos alteraban el orden en la sociedad, sino también había otros grupos rebeldes, como el de los hermanos Cedillo (en San Luís Potosí) y el de los Arenas (en Tlaxcala), además de algunos militares que habían pertenecido al ejército federal y que no se resignaban a que este fuera disuelto.


Las disputas entre los caudillos militares fueron constantes; una de ellas llevo a la hipótesis de que  finales de 1917, generales carrancistas se propusieron a dar un golpe de Estado con ayuda de agentes alemanes en México, ya que sospechaban que Carranza tenía  planeado declararse a favor de los aliados en el conflicto mundial en un intento de reconciliación con Estados Unidos. Sin embargo es preciso resaltar que ninguno de los caudillos llegó a enfrentarse a Carranza antes de 1920.


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