lunes, 30 de marzo de 2015

La contrarevolución


Decena trágica


Victoriano Huerta.

Se le conoce como Decena trágica al periodo de 10 días de combate que sacudieron a las Ciudad de México en 1913, cuando un grupo de rebeldes encabezados por Bernardo reyes, Félix Díaz y Manuel Mondragón y parte del ejército mexicano derrocaron al presidente Francisco I. Madero.
En las primeras horas del domingo 9 de febrero de 1913 estalló un movimiento armado en la Ciudad de México en la contra del régimen del presidente Madero. Este movimiento era comandado por los generales Félix Díaz, Manuel Mondragón, Bernardo reyes. Su primer intento fue tomar palacio nacional, pero fracasaron, ahi cayó muerto Bernardo Reyes.

Los sublevados desorientados por lo que podía suceder, decidieron irse a atrincherar al edificio de la ciudadela cual era un depósito de armas. Cerca de las 7 de la mañana, al presidente Madero se le informa del levantamiento este se encontraba en el castillo de Chapultepec, reunió a los cadetes del colegio militar y decide ir al zócalo para ir a ver lo que había sucedido, a esta marcha se le conoce como la marcha de la lealtad, al llegar al zocalo todo era desolación, destrucción..

En el momento en el que llega madero a palacio nacional decide tomar medidas para combatir a los sublevados, una de sus primeras decisiones fue nombrar a Victoriano Huerta jefe de la plaza.
Los sublevados entonces empiezan una serie de Combates en contra el gobierno, serán 10 días donde se conoce como la Decena trágica, a los alrededores durante estos 10 días hubo bombardeos principalmente en el centro histórico.

Todos hablan de que Victoriano Huerta pueden traicionarlo. Para los colaboradores cercanos del presidente Madero resultó extraño que Huerta no pudiera derrotar a los sublevados considerando que tenía mucho más fuerzas y mejores pertrechos de guerra, en cambio los rebeldes no alcanzaban los 600 hombres y todos estaban atrincherados en la Ciudadela. Como se temía, Victoriano Huerta aprovechó las circunstancias para sus propios intereses y apoyado por el embajador estadounidense Henry Lane Wilson pactó con los rebeldes.

El 18 de febrero se consumó la traición: el presidente Madero, el vicepresidente José María Pino Suárez, y el diputado Gustavo Madero hermano del presidente fueron aprehendidos y los rebeldes desfilaron victoriosos por la capital.

Al caer la noche del 18 de febrero, Victoriano Huerta y Félix Díaz firmaron el pacto de la Ciudadela, conocido también como pacto de la embajada, porque contó con el apoyo del embajador estadounidense Henry Lane Wilson, en el cual se estipuló que Huerta asumiría la presidencia provisional y en los siguientes meses convocaría a elecciones en las que participa Félix Díaz.  

Sin embargo, era necesario revestir con fórmulas legales el golpe de estado. ¿Cómo obtener las renuncias de Madero y Pino Suárez cuando estaban investidos con la voluntad popular? Al consumarse la traición de Huerta el 18 de febrero de 1913, el presidente y el vicepresidente fueron confinados en la Intendencia de Palacio Nacional pero no se les veía la menor intención de renunciar a sus cargos.

El brutal asesinato de Gustavo Madero perpetrado por instrucciones de Félix Díaz en la Ciudadela, la madrugada del 19 de febrero, precipitó los acontecimientos. En medio del dolor y la tragedia, la familia hizo lo posible por conservar las vidas de Madero y Pino Suárez.

Huerta, por su parte, deseaba que el golpe de estado fuese revestido con las formas legales necesarias para legitimar al nuevo régimen. Ambas partes sabían que para la consecución de sus fines estaban de por medio la renuncias del presidente y del vicepresidente. Huerta encontró en Pedro Lascuráin el personaje adecuado para concluir su maniobra política sin mancharse las manos con un acto de ilegalidad. En su carácter de secretario de relaciones exteriores y por mandato de ley, a Lascuráin le correspondía tomar la presidencia en caso de ausencia o renuncia del presidente. Bajo este argumento, Lascuráin se convirtió en el mediador para obtener el preciado documento.

Por la mañana del día 19 de febrero, un Lascuráin vacilante se presentó en Palacio para suplicar al presidente que renunció exigiendo garantías y se comprometió a garantizar la seguridad de sus vidas, pero nunca le informó que su hermano Gustavo había sido brutalmente asesinado unas horas antes.

Lascuráin ciertamente guardó las formas legales con apoyo del Congreso. Los diputados aceptaron las renuncias de Madero y Pino Suárez y tomaron protesta al Secretario de Relaciones como nuevo titular del poder ejecutivo quien no intentó por medio alguno, retener el poder, lo tuvo durante 45 minutos, en los cuales nombró secretario de gobernación a Huerta y presentó su renuncia. De esa forma, Huerta alcanzó la presidencia y una de sus primeras medidas fue ordenar los asesinatos de Madero y Pino Suárez ocurridos, la noche del 22 de febrero de 1913.

Para entender de mejor manera este periodo continuación un vídeo.


Vídeo: Decena Trágica





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